Por Carlos Valdés Martín
En completo silencio y sin que acudiera ningún médico a aliviar sus últimos momentos murió el llamado “Superpeso”. Con alegría, los optimistas celebraban que el Superpeso mexicano había surgido tras el Covid 19 y había salido fortalecido como un portento entre las monedas del mundo. Ya en plena pandemia el Peso normal había tenido un acceso de muerte en 2020, cayendo en el precipicio, pero milagrosamente se recuperó y los tres siguientes años fue bautizado como un nuevo portagonista llamado el Superpeso. Esta misma moneda Superpeso alardeaba de ser la más sana en el mundo mundial que se había mantenido firme frente a su vecino el Dólar, durante tres años seguidos.
Traspasado el ruido electoral se deslizó la inflación, el gasto público disparó déficits y creció la deuda externa. Las remesas ya no sonaban tan estruendosas, el sector externo se estancaba, y se sumaba un largo etcétera de otros deslices económicos.
Pasada la mitad de 2024 se consolidó la caída libre del Superpeso y terminó el año en la misma tónica. Terminada la transición sexenal, el nuevo periodo camina con el viejo Peso, tan sujeto a los altibajos de siempre, con un precio arriba de los $20 Pesos por Dólar.
Siendo estrictos, durante 2024 el Súperpeso fue la moneda del mundo que más cayó ante el Dólar. Es un récord de cierre de sexenio que no nos angustia tanto, porque al comienzo del Covid en el año 2020, la situación era peor.
Esto fue un error…
¿Cómo afecta al ciudadano de a pie esta caída y regreso al peso ordinario? Lo explico con un relato.
La señora Griselda tiene a su hijo Cristóbal migrado en el territorio gringo. Con alegría él le avisa que ya le pagaron la pisca de algodón donde fue contratado y ahorró $5,000 Dólares en todo el periodo, que con gusto se los envió en enero de 2024. Él le dice que los ahorre para que cuando él regrese.
La señora Griselda cambia esos Dólares en Pesos y obtiene $81,850, porque en ese momento el tipo de cambio es de $16.37. Es el periodo del Superpeso. Esa cantidad la coloca en CETES a un año, donde los consejos señalan que se obtiene un excelente interés de 11.30%.
Esta historia parece muy alegre, cuando se hace cuenta que por los intereses, la señora Griselda recibió $9,249 y luego tiene un total de $91,099.
El hijo Cristóbal dice a la señora Griselda que cuando él llegue en enero de 2025, por favor cambie el dinero ahorrado en Dólares. Para ese día el viejo Peso hizo de las suyas y el tipo de cambio está a $20.60, dando como resultado que la señora Griselda recibe $4,422 Dólares que reintegra a su hijo.
Cuando el hijo hace cuentas que los $5,000 Dólares se convirtieron en $4,422, comprende que algo está funcionando mal en la economía de México.
Guardar bajo el colchón o ahorrar en CETES
En este ejemplo real el esconder Dólares bajo el colchón resultaría mejor que ahorrar en CETES y obtener el 11.3% frente a una devaluación tan fuerte ante la moneda del país vecino. La verdad también es que el volver a tener una moneda con una tendencia tan devaluatoria sí afecta la vida cotidiana de las personas.
Hay maneras mejores de ahorrar que guardar bajo el colchón y depositar un dinero en CETES, aunque esa ya es otra historia.
Los datos no mienten, en la comparativa mundial, la moneda mexicana tuvo en 2024 el peor desempeño mundial ante el Dólar. Por si fuera poco, con la entrada de la administración Trump se espera otro periodo donde esa moneda se reforzará ante las de otros países.
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