Por Carlos Valdés Martín
¿Cuándo un país queda súper envejecido está condenado? Cuando el envejecimiento promedio de la población aparece surgen problemas serios. Uno de los más comentados se relaciona con el tema de jubilaciones. Que no es el único, pero sí uno de los más anticipados. La técnica de los censos de población ha surgido desde los Estados más antiguos, incluso los hay en el Antiguo Testamento, cuando el primer censo realizado por los judíos fue el que realizaron Moisés y Aarón a la salida de Egipto, luego el rey David hizo otro censo. Ya en la república romana se estableció una palabra para definir la costumbre del censo.
Conforme la población añosa deja de trabajar y requiere de más atención médica se vuelve una pesada carga para la seguridad social y los planes de jubilación. Los anteriores sistemas de pensiones estatales nunca tomaban en cuenta la hipótesis de un país súperenvejecido; que en la actualidad ya deberán considerarlo. Un sistema estatal de pensiones calculado para una pirámide de población con amplia base de jóvenes, cuando cambia la estructura poblacional ya no aplica.
Ejemplos de países envejecidos
- Uruguay es el país más envejecido de América Latina, con más del 18% de su población con 60 años o más. Todavía no entra en la zona de los súperenvejecidos.
- Países como Japón, Italia, Portugal, Alemania y Finlandia enfrentan este desafío, con más del 21% de su población con 60 años o más.
La tendencia es que cada año se sumen países a esta lista.
El reto de garantizar una vejez digna
La proporción inferior de 4 a 1 que significa rebasar el 20% de población mayor de 60% años implica varios problemas. En el otro 80% más joven no todos son empleados, sino que una parte esta desempleada, incapacitada o enferma. Una parte de los mayores, además estará bajo tratamientos médicos, algunos sumamente costosos y de por vida.
La única manera para que la parte que sigue laborando no tenga una carga de aportación a jubilaciones tan grande, requiere que se ahorre previamente lo suficiente para cubrir el fondo de pensiones. Un ejemplo de solución muy sana desde el punto de vista financiero es la de Noruega, que supo invertir los años de bonanza petrolera para generar un gigantesco “Fondo Soberano”, que aporta miles de millones. A la fecha, Noruega es la excepción y no la regla de una estrategia exitosa que no le cuesta a los contribuyentes de su país para afrontar ese problema del superenvejecimiento.
Si el Estado no está en capacidad o disposición de arreglar ese problema, entonces quedará en manos de cada persona ser lo suficiente previsora para formar su propio Fondo de Ahorro para pensionarse de una manera digna.
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