Las
dos son mujeres extraordinarias y siempre dispuestas a dar lo mejor por sus
hijos. Ellas son tan parecidas que explicaré sus vidas en
simultáneo para clarar qué salió bien y qué falló. A veces nos dejamos
llevar por esfuerzos inmediatos, pero no descubrimos la trama
oculta atrás de las evidencias, y eso fue lo que explicaremos.
¿Recuerdas la fábula de la hormiga y la cigarra a grandes rasgos? Con certeza sí, y la primera de estas mujeres excelentes era comparada con la hormiga por su
figura menuda y su labor infatigable. La llamaré Rosa y fue madre soltera con
un ánimo emprendedor. Como empleada era tan ejemplar que nunca rechazaba las cargas
de trabajo, aunque se las ingeniaba para darle tiempo a su pequeña
hija, pues vivían en casa de la abuela, compartiendo gastos y cuidados. La
abuela era viuda y con una miserable pensión, por lo que Rosa trabajaba por las
tres y excedía las expectativas en cumplimiento, incluso laboraba horas
extra.
La
otra madre era Alicia, quien estaba casada y ellas eran amigas desde la infancia, manteniendo
una comunicación regular. Desde que Alicia planeó su embarazo decidió que
tomaría un trabajo de medio tiempo y que del principal ingreso familiar se
encargaría su marido, al cual no siempre le iba bien. Alicia también tuvo una
hija y nació con un problema de salud, descubrió con espanto que su hija tenía
asma. Por fortuna, el esposo de Alicia era bastante previsor y adquirió un
seguro de gastos médicos desde que se comprometieron, así que la hija nació con
Seguro. Que un bebé nazca ya con un Seguro suena a música bajada del cielo.
Durante los cinco primero años de la infancia el costo de la atención por asma
no resultó demasiado caro, pero después sucedió algo notable en el cuadro
familiar.
Por
su parte Rosa era muy deportista y durante su
juventud hasta se inscribía en maratones. Cuando tuvo a su bebé dejó esa actividad, pero su carácter era
enérgico y volcaba sus grandes energías en el trabajo y la actividad doméstica.
Sin embargo, Rosa no era tan previsora y “no creía en los seguros”, así que en
el empleo se conformaba su seguridad social.
El abdomen abultado
Los
médicos de la instrucción pública creyeron que era simple inflamación o
gordura, pero cuando un tumor no es canceroso se le llama “neoplasia benigna”,
sin embargo, esto no implica que no sea peligroso, pues el crecimiento desordenado
de células puede dañar y arriesgar a los órganos internos. A veces es difícil detectar el crecimiento de una "neoplasia"... Por más de un año
hubo dolores, molestias y crecimiento del abdomen hasta que la institución de
salud pública obtuvo un diagnóstico certero. Para Rosa su inflamación del
abdomen le resultó extraña pues ella nunca había padecido sobrepeso y resultó una
neoplasia que se alojaba en el sistema reproductivo.
Después
de la intervención quirúrgica, Rosa tardó muchos meses convaleciente y el
resultado no fue satisfactorio. Si bien la atención médica directa del Estado
es gratuita y en su trabajo obtuvo incapacidad, esto no solventó el 100% de los
gastos y además representó una merma de ingresos, porque ella acostumbraba trabajar
horas extras.
Después
de un año donde las secuelas de una atención médica deficiente, Rosa y su
familia se desesperaron por lo que optó por una intervención hospitalaria
privada, para lo cual tuvieron que adquirir un préstamo con intereses muy
elevados. La última operación de Rosa logró remover por completo la neoplasia y
remediar un problema intestinal, luego tardó un par de meses en recuperarse.
Unos
meses después la deuda contraída para remediar su salud resultaba insostenible,
por los intereses acumulados, entonces esa familia decidió tomar una salida
difícil y optaron por vender la casita familiar para mudarse a un departamento,
bastante pequeño y en un barrio que no era agradable. Al menos, Rosa dejó las
deudas atrás aunque la mortificaba que su madre tenía dificultades para subir
las escaleras del edificio y no le agradaba que su hijo se relacionara con los
chicos del nuevo barrio.
La soledad de Alicia
Por
su parte Alicia sufrió un desengaño y se divorció del marido, siendo un
proceso legal ella adquirió una pensión alimenticia destinada al cuidado del
hijo. Dentro de los acuerdos, ella suplicó al exmarido que mantuviera un seguro
de gastos médicos para ella y la hija, pues estaba en su mente lo sucedido con
Rosa. Eran amigas y mantenían una comunicación regular.
Tras
la separación, la hija de Alicia sufrió una crisis respiratoria y debió
hospitalizarlo. La causa fue una variedad de virus que afecta las vías
respiratorias, que incidiendo en la condición previa provocó una crisis. El
seguro médico le respondió con puntualidad.
El
aspecto emocional para Alicia resultaba difícil pues se había acostumbrado a
una vida de pareja, sin embargo, ella se sobrepuso a cualquier sentimiento de
derrota. Al sexto día de la hospitalización dieron de alta a su hija y su vida
volvió a la normalidad. Aunque la cuenta la pagó el Seguro ella miró las
cantidades pagadas al hospital y sintió mareos imaginando qué hubiera sucedido
si no contara con ese respaldo.
La fábula de la hormiga y la cigarra
Las
amigas se volvieron a reunir después de sus experiencias. Entre Rosa y Alicia
se comparaban mutuamente con una hormiga y una cigarra:
—Hola,
Hormiga.
—Adiós,
Cigarra.
Alicia
reconocía que ella sí había nacido un tanto floja y, en cambio, Rosa se reía de
sí misma:
—En
la fábula a la cigarra floja le iba muy mal, pero yo que soy como la hormiga,
tan trabajadora, bastó con no tener un Seguro médico para que me vaya mal, como
si yo fuera la cigarra.
A manera de conclusión
En
la siguiente imagen aparecen algunos reportes de enfermedades muy costosas.
Todos están basados en ejemplos reales de México pagados por una de las principales
aseguradoras en años recientes. Ante una adversidad cubierta el contar con un
Seguro médico resulta más eficaz que trabajar horas extras, no siempre la
cigarra tiene un mal destino, en especial cuando es una cigarra previsora.
Por CVM
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