Por Carlos Valdés Martín
Cuando pensamos en invertir imaginamos que lo haremos bien, que si compramos acciones serán buenas
decisiones, pero tomando un ejemplo muy interesante descubrimos que hasta el peor
inversionista podría terminar
millonario. Y si este inversionista finaliza millonario, es porque hay un
trasfondo que los demás no ven cuando lo juzgan como un muy mal
inversionista.
Veamos con más detalle al personaje que
llamaré Bob y unas cifras tomadas de datos
reales.[1]
Conste que este ejemplo se hizo con datos históricos y con el rigor de cifras lo suficientemente largas para sacar conclusiones importantes.
Los
3 “errores” de Bob
Nuestro personaje decide invertir en la
Bolsa y, para el sentido común, eso resulta demasiado arriesgado. Además pretende jubilarse millonario
y cree que no existe ningún riesgo en la Bolsa. Los tíos de Bob le señalan, de
manera sensata, que las empresas surgen y desaparecen, que la Bolsa sube y baja
cada día que es imposible predecir cuándo entrar y cuándo salir de ella con
ganancias. Pero nuestro personaje no hace mucho caso, él quiere retirarse con
algunos millones.
Además Bob es desidioso para estudiar sobre
la Bolsa y no quiere ponerse a decidir en cuál acción le conviene más y en cuál
menos. Tampoco quiere contratar a ningún especialista y no escucha los consejos
de sus tíos. Señalamos a Bob como algo flojo para estudiar la Bolsa y que no escucha consejos, pero
reconoce sus limitaciones y se da cuenta que puede invertir sobre el Índice de
la Bolsa, así le apuesta al conjunto de acciones al invertir con el Índice
Standard&Poor’s.[2]
El último error de Bob, por el que
cualquiera le señalaría con un dedo índice, es que decide invertir cada vez que
la Bolsa alcanza sus máximos de precios y
justamente antes de que caigan los precios, por tanto siempre compra caro.
Adelantado cifras, cuando Bob compra al año siguiente sus acciones ya valen un
30% menos o hasta un aterrador 50%... Sin embargo, con cifras reales se
mostrará que a Bob le resulta muy bien en el largo plazo y
se retira millonario.
Resumiendo los 3 errores de Bob: 1) Cree
que no hay ningún riesgo en comprar acciones en la Bolsa, 2) No se ocupa de
elegir acciones mejores y no oye ningún consejo experto, y 3) Compra cuando las
acciones están muy caras. Como esta narración tiene un final feliz comprobado a pesar de decisiones
erróneas, el personaje Bob se retira millonario, pues en compensación de los
errores también lograr pocos aciertos importantes, así que veamos sus aciertos.
El
primer acierto de Bob: ahorrar
Pero Bob acierta en tres aspectos que compensan lo mal inversor
que fue. En este ejemplo, Bob ahorra sistemáticamente su propio dinero y no se
piense que el ahorro es un mérito menor, en realidad en
este ejemplo es el primer gran
mérito. Las personas que nunca ahorran y esperan un final feliz están
equivocadas. El hábito del ahorro es clave para lograr el éxito. En este caso,
Bob fue un ahorrador muy sistemático, aunque su objetivo inicial parecía
modesto.
Él trabaja de empleado y cada mes apartaba
una cantidad que al año se refleja. Las cantidades están en cifras bastante
realistas, Bob al comenzar su carrera alcanzaba a juntar $2,000 dólares al año
(es decir al mes $166)
en la década de 1970. Para simplificar el ejemplo señala que tras 10 años él promedió de ahorro $20,000 dólares, que
es una cifra razonable pero no es como para pegar de gritos. Las personas que
acostumbran comprarse un automóvil nuevo cada 3 años, gastan más en un periodo
de 10 años. Así, que Bob no fue ni un héroe del ahorro que dejaba de comer,
sino un empleado medio que guardaba sistemáticamente y al año le alcanzaba para
juntar la cantidad señalada.
Además suponemos que como Bob era un mal
inversionista simplemente
guardó su dinero en una cuenta del banco hasta que juntó suficiente para
animarse
a colocarlo en la Bolsa y, mientras tanto, su dinero no creció.
Ahora siguiendo con el ejemplo, afirmamos
que los siguientes quince años Bob ya podría ahorrar un poco más, por lo que suponemos
alcanzó a juntar $46,000; luego mejoró su capacidad de ahorro y doce años más tarde juntó $68,000, luego y los últimos años de su vida productiva juntó
$64,000. En adelanto
señalo que “el ahorro fue su primer gran acierto”.
Parecen
errores pero ahí está el segundo acierto
Como ya señalamos que Bob fue algo así
como “el peor inversionista del mundo”, cuando había juntado sus
primeros $6,000 y un apoyo de $31,000 de su tía más querida, vio que los números de la Bolsa de Valores indicaban alza y se
decidió a colocar todos su ahorros en un instrumento que imitaba al S&P500
(abreviación de Standard&Poor’s500) que es el índice más conocido. Esto lo
hizo en el año 1972 y ¿qué creen? Pues de inmediato la Bolsa se desplomó y él
vio cómo sus primeras inversiones caían un 48%. Los tíos se burlaron
de Bob, pero como él era un mal inversionista, no retiró nada y siguió su plan
de ahorro sistemático. Dejó lo
invertido en la Bolsa no lo retiró, entonces siguió ahorrando cada año, un
poco atemorizado por su mala experiencia de la primera inversión. Pasaron los
años y la Bolsa se fue recuperando paso a paso, alcanzó un auge y animado por
las noticias Bob juntó todo lo que tenía en el banco para el año 1987, y para
entonces ya su cuenta bancaria acumuló $46,000. Animado, volvió a meter todo el dinero en un equivalente al
Índice S&P500.
Acto seguido vino el
crack del 1987, cuando Bob perdió más del 34%, pero conservó toda su mala inversión. La siguiente intervención
sucedió en la llamada burbuja de las “punto com”, sucedida en diciembre del 1999.
Esa vez Bob había ahorrado otros $68,000 que los colocó igual. Al poco tiempo la
caída bursátil posterior fue del 55%. Un desplome de sus inversiones del 48%,
luego del 34% y por último otro 55%. Pero Bob no aprendía nada, porque (sí ya
lo sabes) era “el peor inversionista del mundo”. Ya solamente falta el último
episodio de este melodrama que vino con la caída por las hipotecas, así que Bob
invirtió en Octubre de 2007, en lo alto de la burbuja financiera y agregó
lo ahorrado desde el año 2000, sumó $64,000.
Este es el resumen de
las inversiones de Bob:
Todas las inversiones
se hicieron en el peor momento, pero Bob
no vendió: ni en la crisis de los 1970, ni en el “Black Monday” del 1987,
ni en la crisis “punto com”, ni en la crisis de las hipotecas de 2007.
En este punto
señalemos que el segundo acierto de
Bob fue que no vendió por más que había
malas noticias y los tíos le aconsejaban huir. Como era un pésimo
inversionista, resultaba muy testarudo y nunca escuchaba consejos. Después de
la primera caída que sintió en carne propia se dio cuenta que después había
recuperaciones y descubrió que si su objetivo era la Jubilación los únicos resultados importantes son los del
largo plazo.
Tercer acierto: instrumentos sólidos y
dispersión de cartera
En principio, una
acción de una empresa en particular en la Bolsa de Valores depende del destino
de la empresa y en caso de que la empresa quiebre, pues la acción misma puede
perder todo su valor. Pero ¿qué sucede cuando hablamos del conjunto de las mejores empresas
de la Bolsa de Valores? No hay bases para presumir que quiebren en conjunto y
por eso la inversión mediante Índices como el S&P500 se acepta como un
instrumento de inversión tremendamente sólido.
Si en lugar de
invertir en una única acción se opta por dispersar en un conjunto, entonces la
probabilidad de quiebra de una empresa no afecta a la inversión. A esa
dispersión se le llama una “estrategia de inversiones”. Como nuestro Bob no
sabía mucho tomó de manera intuitiva una decisión correcta al invertir en el
S&P500, el cual reúne a las 500 mejores empresas que cotizan en la
Bolsa de Valores de Nueva York.
El
resultado neto: un retiro millonario
Así que Bob cometió grandes errores con
los que fue calificado con justicia como el “peor inversor del mundo”. Y no es tan fácil
atinarle a todos los peores momentos para invertir en la bolsa durante 40 años,
pero localizarlos en el pasado resulta muy sencillo. Sirve como un pequeño
ejercicio para quienes tienen miedo a invertir en la Bolsa de Valores, pues
temen caer exacto en un momento de crack. Nuestro Bob le atinó a los 4 grandes cracks bursátiles de la
historia moderna de Norteamérica y se retiró millonario. Ahorró $184,000 dólares a lo largo de 37
años, los ahorros de su vida; los colocó temerariamente en la Bolsa de Valores
y salió ganador con $1’000,000 dólares en el año 2013.
En este ejemplo, indicamos que comenzó a
ahorrar en 1970 y terminó en 2007. Dejó el dinero hasta 2013 y su resultado fue
1 millón de dólares. Un resultado excelente al considerar que ponía siempre
el dinero en el peor momento de la historia de la Bolsa de Valores.
Dando
una pequeña ayuda a Bob
Supongamos que alguna vez Bob escuchó un
consejo para mejorar este resultado y que ese consejo fuera tan sencillo de
practicar, además de ser conforme a las nociones que tenía definidas Bob para
jubilarse.
Basta un pequeñísimo consejo para obtener una mejora dramática
en los resultados.
Esta táctica proviene de Graham y Buffett[3]
en línea directa (y la aplica también la línea Optimaxx plus de Allianz): Bob
podía invertir de manera sistemática lo que iba ahorrando mes a mes, así entraría en
momentos malos y buenos de la Bolsa de manera continua. La mejoría en la cifra
final es colosal...
Recordemos que Bob comenzó ahorrando $166
dólares al mes, que en pesos actuales resultan $3,320 pesos Mx cada mes y después al incrementar su ahorro promedió $414 dólares al mes. El resultado final acumulado
traducido en pesos representa una cifra para alegrar tu vida y la
de cualquiera.
¿Por
qué el peor inversor terminó feliz?
Esta narración, elaborada con datos reales de la Bolsa de Valores de Estados Unidos de
Norteamérica, deja importantes lecciones. Encierra gran parecido con la famosa
película Forrest Gump, donde la inocencia se une con algunas virtudes para dar
resultados maravillosos.
Nuestro Bob es el Forrest Gump de los
inversionistas, que careciendo de otros talentos, cumple con su cometido en
base a tres aciertos: ahorro, plan de largo plazo y mantener las acciones en la
Bolsa hasta lograr al objetivo.
Si buscas un final feliz, como el Forrest
Gump de este relato, puedes preguntar en este blog.
[1] Tomados del artículo
de Gonzaga
Giménez Sasieta, “Como retirarse millonario siendo el peor
inversor del mundo” que a su vez, lo tomó de “A wealth of common sense”.
[2] El lector informado
se dará cuenta de inmediato que en esta decisión hay un acierto, por tanto la
parte del error únicamente es no estudiar, pero la opción tomada no es fallida.
[3] Recomendación de
Benjamin Graham en El inversor
inteligente, de Warren Buffett en El
tao de Warren Buffett.
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