martes, 9 de junio de 2020

INVERSIONES QUE CONVIERTEN TIEMPOS DIFÍCILES EN BENEFICIOS PARA USTEDES (SEGUROS)




Por Carlos Valdés Martín

Los tiempos difíciles del mercado, cuando la bolsa sufrió un bajón son los idóneos para la entrada de nuevos jugadores con ideas frescas y capacidad para adquirir las mejores estrategias. ¿Qué dirías de una estrategia de inversiones que combina las ventajas del inversor agresivo que busca los mejores rendimientos con los blindajes propios de las Aseguradores? De entrada señala hacia una región interesante de los cielos del inversionista, donde converge esa inmejorable estrategia de inversiones para los tiempos difíciles.  En lo que sigue explicaré paso a paso, la ruta hacia una mejor estrategia, para lo cual cada lector aplica su propio criterio.  
Una estrategia accesible
Una estrategia debe ser sencilla de realizar, pero con una integración de elementos suficiente que proporcione ventajas extraordinarias a quien la ejecuta de modo impecable. El inversionista agresivo busca grandes ganancias, sin amedrentarse por una aversión al riesgo. En la teoría económica y financiera, la aversión al riesgo implica reducir las posibles ganancias para colocarse en escenarios de beneficios modestos.
Hablamos de ventajas más que de precauciones, sin recomendar la locura de los juegos de apuestas, donde la pérdida resulta legal. Conforme el dinero cuesta ganarlo, el invertirlo debe moderar los factores de riesgo, sin que esto implique su desaparición.
Una diferencia entre una estrategia respecto de una acción afortunada, es que la última requiere la intervención de la Fortuna, que para los romanos esa una diosa veleidosa que caminaba equilibrándose sobre una rueda, por lo que no permanecía estable. La buena estrategia minimiza las pérdidas y amplifica las oportunidades de ganar. 

Imposible fallar
Muchísimos grandes analistas han estudiado el comportamiento bursátil y mediante el método estadístico se ha logrado una descripción más precisa de su comportamiento. Para tener derecho a ingresar en la Bolsa de Valores las empresas deben cumplir requisitos de tamaño y solvencia, pero mucho más deben ofrecer claridad en su sistema contable y legalidad plena en sus operaciones. Mientras la valuación de una empresa individual parece bastante azarosa, el comportamiento del mercado accionario y sus promedios está sujeto a regularidades y tendencias. Atinar en el comportamiento diario de cada empresa de un mercado tan activo como la Bolsa de Valores resulta imposible, sin embargo observar el índice de las principales empresas mediante el S&P500 resulta relativamente fácil.
El índice S&P500 posee una cualidad importante, pues al marcar el promedio, establece una especie de “nivel del mar”, que indica si las empresas individuales operan arriba o abajo del nivel usual. Como la Bolsa de Valores es un mercado unificado, el destino de compra-venta de cada acción está en comparación constante con el resto de las demás y sus cotizaciones se mueven en ese ambiente.
Existen dificultades intrínsecas para que un inversionista individual siempre compre acciones con mejores resultados que las demás, por más que opera en sus decisiones la misma ley probabilística que marca que para los volados el 50% se distribuye en cada cara, cuando se ha lanzado lo suficiente. Quien invierte sobre el S&P500 es imposible que quede abajo del promedio de ganancias en valoración porque ese índice define el promedio. Y esto sucede así porque la estadística no falla cuando se alimenta con datos correctos. 

Los tiempos difíciles en Bolsa dan grandes oportunidades para el nuevo comprador
La Bolsa de Valores posee valoraciones cambiantes, sometidas a fuertes oscilaciones al alza o a la baja. En especial el periodo bajista implica que de manera masiva las acciones de las empresas se encuentran subvaluadas, las llamadas gangas. ¿Cómo distinguir entre una ganga y una empresa en reales problemas? Para eso se requiere de distinguir el análisis fundamental y conocer a fondo las empresas, sin embargo ese no es el tema aquí, sino el panorama. El panorama bajista establece la zona óptima de compras, respecto de la cual dan las señales de compra según la estrategia de cada comprador. Esos periodos bajistas representan una especie de paraíso para los “inversores agresivos”, que no tienen miedo a cruzar el periodo turbulento y los “no tan agresivos” también descubren importantes oportunidades.
Cuando se toma la evolución de los EUA como criterio, se hace un recuento de 128 meses sin caída alguna de su economía y hasta los efectos del Covid19 se detuvo esa cadena de éxitos económicos mes tras mes. Sin embargo, la caída rápida de la Bolsa de Valores de EUA representada bien por el índice Standard&Poors500 se anticipó para caer y luego apuntar un rápido rebote en un movimiento que destacó ante los ojos del mundo. ¿Qué significa ese caer rápido y subir del índice S&P500 a nivel de ventas y compras? Significa que entre febrero y marzo hubo un ritmo vertiginoso de ventas masivas; que luego se revirtió desde mediados de marzo de 2020 y para junio ya está cerca del punto del inicio. Con la magnitud de afectaciones y secuelas de Covid19 resulta imposible definir una predicción final de corto plazo, pero sí resulta evidente que seguirá la tendencia mediante oscilaciones.

Estrategia no es tal a menos que enfrente: desigualdades y operación sistemática
Para que una inversión merezca llamarse una “estrategia de inversiones” debe incluir una acción tal que le permita superar fuerzas desiguales. Lo primero es reconocer que la fuerza está del lado de las tendencias del mercado, el inversor individual no alcanza a modificar las tendencias con su propio acto de compra-venta; un efecto de lo anterior es evitar la ilusión de obtener arriba de los promedios del mercando en que se participa a menos que se trate de un especialista sobresaliente.  Lo segundo es la utilización de un sistema de actividades ordenadas, como lo ejemplifica el clásico Graham, cuando recomienda la compra sistemática y recurrente, lo cual implica que se desechan las oscilaciones, para promediar por las entradas en diferentes momentos.
Con lo anterior estamos dando los rasgos básicos de una estrategia de inversión en tiempos poco usuales.