jueves, 24 de octubre de 2019

RESUMEN “INVERSOR INTELIGENTE” DE BENJAMIN GRAHAM






Previo

El Inversor Inteligente, cuyo título en inglés es “The Intelligent Investor”, fue publicado por primera vez en 1949. Desde entonces se han publicado una serie de versiones posteriores que incluyen un prólogo y apéndices escritos por Warren Buffett (discípulo de Graham). De hecho, según Buffett, el libro «El Inversor Inteligente» es “Sin lugar a dudas, el mejor libro sobre inversión jamás escrito”. Las versiones más recientes del libro han sido comentadas y actualizadas por Jason Zweig, un conocido periodista financiero estadounidense.[1]
Este es uno de los libros que sentaron la base del value investing o inversión en valor. Pero los aprendizajes del libro encuentran aplicación a otras inversiones fuera del mundo de la bolsa, pues Graham también comparte valiosos consejos aplicables a nuestro día a día.

Benjamin Graham

El autor nació en 1894 en Londres, aunque vivió y trabajó en Estados Unidos. Ahí fue uno de los economistas e inversores más influyentes, motivo por el cual se le considera como uno de los mejores inversores de la historia.
Graham se especializó en la inversión a largo plazo y se le considera como el padre del value investing. Fue también el mentor de Warren Buffett en la Universidad de Columbia, siendo que Buffett se ofreció a trabajar para él gratuitamente a cambio de aprender su filosofía de inversión.
Para Graham, conseguir buenos beneficios invirtiendo dependía, sobre todo, de conseguir acciones infravaloradas y apostar por invertir a largo plazo. Para eso, como explica en el libro El Inversor Inteligente, tienes que investigar y conocer muy bien el mercado.
Así pues, Benjamin se especializó en el análisis fundamental de la bolsa.
Este libro, que te enseña cómo invertir en acciones, es una obra que perdura en el tiempo a pesar de que han pasado más de 70 años desde que se publicó.
A continuación, encontrarás las 8 principales lecciones que se pueden extraer del libro.

1. El value investing y la importancia del largo plazo

El value investing consiste en comprar activos por debajo de lo que valen en términos reales (activos propios) que se constatan en medios contables. Es decir, el valor real de la acción debe ser superior al precio que pagas por ella y cuanto más lo supere, es mejor. Para saber si el precio es bueno se debe acostumbrar a cuantificar, la matemática ante todo, como el requisito de los pitagóricos.[2]
Según Graham, lo mejor es invertir en empresas con un PER inferior a 10. El PER, del inglés «price-to-earnings ratio» no es más que la relación entre el precio de la acción y el beneficio de la empresa. Por lo tanto, el PER se obtiene dividendo el precio de la acción por el beneficio por cada acción.
En el libro, Graham explica que el inversor inteligente no es quien busca beneficios a corto plazo, sino quien invierte a largo plazo
El inversor debe realizar una investigación exhaustiva para encontrar acciones infravaloradas, pero con un potencial de crecimiento. Para eso, debe analizar las empresas y sus balances hasta saber si será rentable a largo plazo, porque la acción es una participación en una empresa, por tanto se requiere estudiar a la empresa.[3]
Después de comprar las acciones, deberá esperar el tiempo necesario hasta que el mercado se dé cuenta del valor real de la empresa y así el inversor gane rendimientos al venderlas. De ahí la importancia de invertir a largo plazo, ya que a corto plazo la bolsa puede infravalorar las acciones y acabará perdiendo dinero.

2. No al Especulador, Sí al Inversor

Graham explica que es fundamental hacer una diferenciación clara entre especulación e inversión.
El inversor se considera propietario de una empresa y, por lo tanto, quiere que sea un negocio rentable y procura que tenga beneficios. Al inversor no le importa esperar para ganar dinero en bolsa.
Por el contrario, el especulador busca obtener beneficios rápidamente sin importarle en qué empresa pone su dinero. Al especular, si uno se equivoca se pueden llegar a obtener resultados desastrosos y perder mucho dinero.
El autor explica que es preferible obtener resultados seguros a largo plazo que intentar conseguir dinero de forma rápida especulando.
Graham define la inversión como una operación que, tras un análisis exhaustivo, promete seguridad y un rendimiento adecuado. Según esta definición, para poder clasificar una operación como inversión, ésta deberá incluir un análisis exhaustivo, seguridad y un rendimiento adecuado

3. Inversor pasivo-defensivo y el activo-agresivo

En el libro, se describen dos tipos de inversores recomendables: el inversor pasivo (o defensivo) y el inversor activo (agresivo o emprendedor).
Los inversores pasivos son los que se centran en evitar pérdidas o errores graves. No quieren dedicar mucho tiempo a seleccionar activos y procuran equivocarse lo menos posible.
Por el contrario, los inversores activos dedican tiempo y mucho cuidado a buscar las mejores opciones donde invertir para obtener un buen rendimiento.[4] Según Graham, si son pacientes y se esfuerzan, lograrán beneficios superiores al mercado, aunque sea la excepción.[5] Aunque el promedio positivo del largo plazo podría resultar suficientemente atractivo para tener éxito en el mundo de las inversiones.
A lo largo del libro, Benjamin Graham explica qué opciones son mejores para cada tipo de inversor, pues obviamente no invertirá de la misma manera un inversor defensivo que un inversor agresivo.

4. Conocer el mercado de valores

El mercado de valores es imprevisible. Está en constante movimiento entre el pesimismo y el optimismo amplificados. Por lo tanto, Graham afirma que es esencial conocer las fases del mercado para poder invertir con tranquilidad.
El autor explica el comportamiento del mercado de valores a través de la figura de Mr. Market, un personaje maníaco-depresivo con cambios de humor constantes.
Cuando Mr. Market está de buen humor y es muy optimista, quiere vender acciones a un precio muy elevado. Por el contrario, cuando Mr. Market se siente triste y pesimista, las vende por debajo de su valor.
Graham explica que el inversor inteligente sabe beneficiarse de los cambios de humor de Mr. Market y compra acciones cuando está pesimista y las vende cuando está optimista.
El autor también recomienda no vender las acciones ante una pequeña señal de crisis, pues el mercado siempre se recupera después de una crisis.

5. Margen de seguridad

Como vimos anteriormente, Benjamin Graham dice que es preferible intentar aprovecharse de los errores de la bolsa de valores en vez de tratar de adivinar sus movimientos
Aunque es inevitable perder dinero al invertir en acciones, el inversor inteligente debe asegurarse de que esa pérdida no sea excesivamente importante. Es precisamente por eso que únicamente recomienda invertir si hay un margen de seguridad suficiente.
El margen de seguridad es la diferencia que hay entre el precio de mercado de la acción y su valor intrínseco.
Es decir, al comprar acciones que están infravaloradas, te aseguras de no perder mucho dinero. Cuánto más barata sea una acción, mayor es el margen de seguridad que consigues. De esa forma, te proteges de las fluctuaciones de la bolsa y de posibles errores que puedas cometer.

6. Diversificar es un acierto

Graham es rotundo: no inviertas todo tu capital en una sola acción, aunque sea muy prometedora.
Si te ciñes a acciones de una sola empresa, corres el riesgo de perderlo todo si a la empresa le va mal. Es por eso que Graham recomienda diversificar e invertir dinero en diferentes acciones y fondos de inversión.
En el libro se explica que nunca debes tener todo tu capital invertido en acciones, sino que es recomendable diversificar entre bonos y acciones. En términos generales, dice que un inversor no debe tener nunca más de un 75 % invertido en acciones, y el resto debe estar invertido en bonos.
Aunque está empíricamente demostrado que las bonos son menos remuneradores que las acciones en épocas de mercados alcistas. Por lo tanto, una cartera de «buy-and-hold» con un 25% permanentemente invertido en bonos sirve para dar tranquilidad al inversor y que no se tire de cabeza ante alguna señal bajista.

7. La inflación, el enemigo a vencer

La inflación consiste en un aumento de los precios de bienes y servicios durante un periodo de tiempo determinado. Según los estudios de Benjamin Graham, el inversor inteligente puede protegerse de la inflación comprando acciones.
Graham demuestra que refugiarse en el oro contra la inflación no ha sido una idea efectiva, sino una pérdida de recursos. Respecto de la propiedad inmobiliaria señala que también suele adquirirse a sobreprecios ruinosos.[6] Así, que recomienda pensar más en las buenas acciones, las que den un valor a largo plazo, juntando dividendos y crecimiento de la empresa.
El autor dice que la inflación se limita a robar nuestro patrimonio de manera silenciosa y el éxito de una inversión se mide analizando lo que queda de nuestro patrimonio después de un período de inflación. Cuanto mayor sea el retorno que ofrece la inversión, mayor será el valor de nuestro patrimonio y, por lo tanto, más exitosa habrá sido la inversión. Incluso presenta análisis de largo plazo mostrando cómo las acciones le han ganado la carrera a la inflación.[7]
Dado que las acciones de empresas cuidadosamente escogidas son un activo que llega a ser muy remunerador, es una de las mejores maneras de protegerse frente a la inflación y hacer crecer tu patrimonio a pesar de la existencia de la inflación.

8. Los fondos de inversión y ETFs

Graham explica que cuanto mayor es la rentabilidad de un fondo, más obstáculos de entrada presentará al inversor. Además, recuerda que la rentabilidad pasada no garantiza rentabilidad futura.
Cabe mencionar que Graham no recomendaba los fondos de inversión porque en su época tenían costes de entrada altos o estaban cerrados al público general; además, aborrece las fórmulas mecánicas de inversión, a las que considera un suicidio[8] y al concepto mismo de asesoría sobre cómo ganar dinero lo explica como un rasgo infantil.[9]  
Sin embargo, como comenta Jason Zweig, hoy en día esa realidad ha cambiado: las comisiones de entrada son mucho más bajas (en algunos casos prácticamente son nulas) y los fondos de inversión cerrados al público son minoría.
Dicho esto, si no tienes tiempo ni los conocimientos necesarios para realizar un análisis tan exhaustivo de empresas como Graham recomienda, una excelente solución para es invertir a largo plazo gracias a ETFs.[10] En la actualidad, esa estrategia se puede replicar mediante Optimaxx Plus de Allianz con acceso a ETFs. Te conviene saber más al respecto, consulta mis datos.

Conclusión

Descrito por Warren Buffett como «el mejor libro sobre inversión jamás escrito», El Inversor Inteligente es uno de los libros más influyentes sobre value investing escritos hasta la fecha. Hasta aquí vimos 8 principales lecciones que Benjamin Graham nos enseña en su gran texto. Si quieres aprender una metodología para invertir a largo plazo en bolsa y conseguir rendimientos reduciendo el riesgo conviene dedicarse a su lectura completa, donde aprenderás a definir qué tipo de inversor eres y qué estrategias existen para invertir con seguridad.
En definitiva, este libro es un clásico de la literatura financiera y su lectura es imprescindible para quienes deseen alcanzar beneficios invirtiendo en el mercado de valores.

NOTAS

[1] Principalmente tomado de https://www.elclubdeinversion.com/resumen-el-inversor-inteligente/ corregido y sintetizado por Carlos Valdés Martín

[2] “Adicionalmente, tenemos la esperanza de implantar en el lector la tendencia a medir o
cuantificar.” Graham, p. 10.
[3] “uno de nuestros requisitos esenciales en este terreno es que nuestros lectores se limiten a
emisiones que se vendan no muy por encima del valor de sus activos materiales.” Graham, p. 15.
[4] Graham es contrario a las operaciones de corto plazo. Lamenta la reducción promedio de la tenencia de acciones, demuestra que el cambio frecuente arruina la inversión y rechaza la operación intradía por irracional. En ese sentido la velocidad de decisión del on-line le parece una tendencia contra los intereses del inversor. Graham, p. 37.
[5] De manera repetida, insiste Graham que superar el promedio resulta casi iluso, señalando que la operación nerviosa, con movimientos frecuentes con facilidad resulta peor que el promedio.
[6] Graham, p. 49.
[7] “el inversor puede esperar un rendimiento por dividendo medio de aproximadamente el
3,5% del valor de mercado de sus acciones, más una apreciación de aproximadamente el 4% anual,
resultante de la reinversión de beneficios.” Graham. p. 46.
[8] Graham. “Todas las fórmulas mecánicas para obtener un resultado superior son una
«especie de proceso de autodestrucción, similar a la ley de rendimientos decrecientes».” P. 42.
[9] “Si el motivo por el que invierten las personas es el de ganar dinero, a la hora de buscar
asesoramiento están pidiendo a otras personas que les digan cómo pueden ganar dinero. Esa idea
tiene un cierto elemento de infantilismo.” Graham, p. 194.
[10] Los Electronic Trade Founds por sus siglas en inglés ETFs, cuando se aplican a los índices oficiales de las Bolsas o sus mejores segmentos, dan la ventaja de seguir al promedio.

lunes, 14 de octubre de 2019

PEOR INVERSOR DEL MUNDO SE JUBILA MILLONARIO


 
Por Carlos Valdés Martín

Cuando pensamos en invertir imaginamos que lo haremos bien, que si compramos acciones serán buenas decisiones, pero tomando un ejemplo muy interesante descubrimos que hasta el peor inversionista podría terminar millonario. Y si este inversionista finaliza millonario, es porque hay un trasfondo que los demás no ven cuando lo juzgan como un muy mal inversionista.
Veamos con más detalle al personaje que llamaré Bob y unas cifras tomadas de datos reales.[1] Conste que este ejemplo se hizo con datos históricos y con el rigor de cifras lo suficientemente largas para sacar conclusiones importantes. 

Los 3 “errores” de Bob
Nuestro personaje decide invertir en la Bolsa y, para el sentido común, eso resulta demasiado arriesgado. Además pretende jubilarse millonario y cree que no existe ningún riesgo en la Bolsa. Los tíos de Bob le señalan, de manera sensata, que las empresas surgen y desaparecen, que la Bolsa sube y baja cada día que es imposible predecir cuándo entrar y cuándo salir de ella con ganancias. Pero nuestro personaje no hace mucho caso, él quiere retirarse con algunos millones.
Además Bob es desidioso para estudiar sobre la Bolsa y no quiere ponerse a decidir en cuál acción le conviene más y en cuál menos. Tampoco quiere contratar a ningún especialista y no escucha los consejos de sus tíos. Señalamos a Bob como algo flojo para estudiar la Bolsa y que no escucha consejos, pero reconoce sus limitaciones y se da cuenta que puede invertir sobre el Índice de la Bolsa, así le apuesta al conjunto de acciones al invertir con el Índice Standard&Poor’s.[2]
El último error de Bob, por el que cualquiera le señalaría con un dedo índice, es que decide invertir cada vez que la Bolsa alcanza sus máximos de precios y justamente antes de que caigan los precios, por tanto siempre compra caro. Adelantado cifras, cuando Bob compra al año siguiente sus acciones ya valen un 30% menos o hasta un aterrador 50%... Sin embargo, con cifras reales se mostrará que a Bob le resulta muy bien en el largo plazo y se retira millonario.
Resumiendo los 3 errores de Bob: 1) Cree que no hay ningún riesgo en comprar acciones en la Bolsa, 2) No se ocupa de elegir acciones mejores y no oye ningún consejo experto, y 3) Compra cuando las acciones están muy caras. Como esta narración tiene un final feliz comprobado a pesar de decisiones erróneas, el personaje Bob se retira millonario, pues en compensación de los errores también lograr pocos aciertos importantes, así que veamos sus aciertos.

El primer acierto de Bob: ahorrar
Pero Bob acierta en tres aspectos que compensan lo mal inversor que fue. En este ejemplo, Bob ahorra sistemáticamente su propio dinero y no se piense que el ahorro es un mérito menor, en realidad en este ejemplo es el primer gran mérito. Las personas que nunca ahorran y esperan un final feliz están equivocadas. El hábito del ahorro es clave para lograr el éxito. En este caso, Bob fue un ahorrador muy sistemático, aunque su objetivo inicial parecía modesto.
Él trabaja de empleado y cada mes apartaba una cantidad que al año se refleja. Las cantidades están en cifras bastante realistas, Bob al comenzar su carrera alcanzaba a juntar $2,000 dólares al año (es decir al mes $166) en la década de 1970. Para simplificar el ejemplo señala que tras 10 años él promedió de ahorro  $20,000 dólares, que es una cifra razonable pero no es como para pegar de gritos. Las personas que acostumbran comprarse un automóvil nuevo cada 3 años, gastan más en un periodo de 10 años. Así, que Bob no fue ni un héroe del ahorro que dejaba de comer, sino un empleado medio que guardaba sistemáticamente y al año le alcanzaba para juntar la cantidad señalada.     
Además suponemos que como Bob era un mal inversionista simplemente guardó su dinero en una cuenta del banco hasta que juntó suficiente para animarse a colocarlo en la Bolsa y, mientras tanto, su dinero no creció.
Ahora siguiendo con el ejemplo, afirmamos que los siguientes quince años Bob ya podría ahorrar un poco más, por lo que suponemos alcanzó a juntar $46,000; luego mejoró su capacidad de ahorro y doce años más tarde juntó $68,000, luego y los últimos años de su vida productiva juntó $64,000. En adelanto señalo que “el ahorro fue su primer gran acierto”. 

Parecen errores pero ahí está el segundo acierto
Como ya señalamos que Bob fue algo así como “el peor inversionista del mundo”, cuando había juntado sus primeros $6,000 y un apoyo de $31,000 de su tía más querida, vio que los números de la Bolsa de Valores indicaban alza y se decidió a colocar todos su ahorros en un instrumento que imitaba al S&P500 (abreviación de Standard&Poor’s500) que es el índice más conocido. Esto lo hizo en el año 1972 y ¿qué creen? Pues de inmediato la Bolsa se desplomó y él vio cómo sus primeras inversiones caían un 48%. Los tíos se burlaron de Bob, pero como él era un mal inversionista, no retiró nada y siguió su plan de ahorro sistemático. Dejó lo invertido en la Bolsa no lo retiró, entonces siguió ahorrando cada año, un poco atemorizado por su mala experiencia de la primera inversión. Pasaron los años y la Bolsa se fue recuperando paso a paso, alcanzó un auge y animado por las noticias Bob juntó todo lo que tenía en el banco para el año 1987, y para entonces ya su cuenta bancaria acumuló $46,000. Animado, volvió a meter todo el dinero en un equivalente al Índice S&P500.
Acto seguido vino el crack del 1987, cuando Bob perdió más del 34%, pero conservó toda su mala inversión. La siguiente intervención sucedió en la llamada burbuja de las “punto com”, sucedida en diciembre del 1999. Esa vez Bob había ahorrado otros $68,000 que los colocó igual. Al poco tiempo la caída bursátil posterior fue del 55%. Un desplome de sus inversiones del 48%, luego del 34% y por último otro 55%. Pero Bob no aprendía nada, porque (sí ya lo sabes) era “el peor inversionista del mundo”. Ya solamente falta el último episodio de este melodrama que vino con la caída por las hipotecas, así que Bob invirtió en Octubre de 2007, en lo alto de la burbuja financiera y agregó lo ahorrado desde el año 2000, sumó $64,000.
Este es el resumen de las inversiones de Bob:



Todas las inversiones se hicieron en el peor momento, pero Bob no vendió: ni en la crisis de los 1970, ni en el “Black Monday” del 1987, ni en la crisis “punto com”, ni en la crisis de las hipotecas de 2007.
En este punto señalemos que el segundo acierto de Bob fue que no vendió por más que había malas noticias y los tíos le aconsejaban huir. Como era un pésimo inversionista, resultaba muy testarudo y nunca escuchaba consejos. Después de la primera caída que sintió en carne propia se dio cuenta que después había recuperaciones y descubrió que si su objetivo era la Jubilación los únicos resultados importantes son los del largo plazo

Tercer acierto: instrumentos sólidos y dispersión de cartera
En principio, una acción de una empresa en particular en la Bolsa de Valores depende del destino de la empresa y en caso de que la empresa quiebre, pues la acción misma puede perder todo su valor. Pero ¿qué sucede cuando hablamos del conjunto de las mejores empresas de la Bolsa de Valores? No hay bases para presumir que quiebren en conjunto y por eso la inversión mediante Índices como el S&P500 se acepta como un instrumento de inversión tremendamente sólido.
Si en lugar de invertir en una única acción se opta por dispersar en un conjunto, entonces la probabilidad de quiebra de una empresa no afecta a la inversión. A esa dispersión se le llama una “estrategia de inversiones”. Como nuestro Bob no sabía mucho tomó de manera intuitiva una decisión correcta al invertir en el S&P500, el cual reúne a las 500 mejores empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York. 

El resultado neto: un retiro millonario
Así que Bob cometió grandes errores con los que fue calificado con justicia como el “peor inversor del mundo”. Y no es tan fácil atinarle a todos los peores momentos para invertir en la bolsa durante 40 años, pero localizarlos en el pasado resulta muy sencillo. Sirve como un pequeño ejercicio para quienes tienen miedo a invertir en la Bolsa de Valores, pues temen caer exacto en un momento de crack. Nuestro Bob le atinó a los 4 grandes cracks bursátiles de la historia moderna de Norteamérica y se retiró millonario. Ahorró $184,000 dólares a lo largo de 37 años, los ahorros de su vida; los colocó temerariamente en la Bolsa de Valores y salió ganador con $1’000,000 dólares en el año 2013.
En este ejemplo, indicamos que comenzó a ahorrar en 1970 y terminó en 2007. Dejó el dinero hasta 2013 y su resultado fue 1 millón de dólares. Un resultado excelente al considerar que ponía siempre el dinero en el peor momento de la historia de la Bolsa de Valores. 

Dando una pequeña ayuda a Bob
Supongamos que alguna vez Bob escuchó un consejo para mejorar este resultado y que ese consejo fuera tan sencillo de practicar, además de ser conforme a las nociones que tenía definidas Bob para jubilarse.
Basta un pequeñísimo consejo para obtener una mejora dramática en los resultados.
Esta táctica proviene de Graham y Buffett[3] en línea directa (y la aplica también la línea Optimaxx plus de Allianz): Bob podía invertir de manera sistemática lo que iba ahorrando mes a mes, así entraría en momentos malos y buenos de la Bolsa de manera continua. La mejoría en la cifra final es colosal...
Recordemos que Bob comenzó ahorrando $166 dólares al mes, que en pesos actuales resultan $3,320 pesos Mx cada mes y después al incrementar su ahorro promedió $414 dólares al mes. El resultado final acumulado traducido en pesos representa una cifra para alegrar tu vida y la de cualquiera. 

¿Por qué el peor inversor terminó feliz?
Esta narración, elaborada con datos reales de la Bolsa de Valores de Estados Unidos de Norteamérica, deja importantes lecciones. Encierra gran parecido con la famosa película Forrest Gump, donde la inocencia se une con algunas virtudes para dar resultados maravillosos.
Nuestro Bob es el Forrest Gump de los inversionistas, que careciendo de otros talentos, cumple con su cometido en base a tres aciertos: ahorro, plan de largo plazo y mantener las acciones en la Bolsa hasta lograr al objetivo.
Si buscas un final feliz, como el Forrest Gump de este relato, puedes preguntar en este blog.



NOTAS


[1] Tomados del artículo de Gonzaga Giménez Sasieta, “Como retirarse millonario siendo el peor inversor del mundoque a su vez, lo tomó de “A wealth of common sense”.
[2] El lector informado se dará cuenta de inmediato que en esta decisión hay un acierto, por tanto la parte del error únicamente es no estudiar, pero la opción tomada no es fallida.
[3] Recomendación de Benjamin Graham en El inversor inteligente, de Warren Buffett en El tao de Warren Buffett.

jueves, 10 de octubre de 2019

FONDOS SOBERANOS MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO





Por Carlos Valdés Martín

Los Fondos Soberanos son un ejemplo magnífico de que enormes cantidades de dinero se pueden manejar con profesionalismo y eficiencia, sin dejar lugar a sospechas ni situaciones turbias. Como individuos aspiramos a que nuestros ahorros se conviertan en inversiones bien manejadas, y la aspiración de muchos Gobiernos va en el mismo sentido, ahí surgen los Fondos Soberanos.

¿Por qué son tan importantes los grandes Fondos Soberanos del Mundo?

En finanzas el tamaño sí importa y los Fondos Soberanos de Inversión (por sus siglas FSI) se han convertido en los agentes financieros institucionales más formidables del principio del Siglo XXI. Acumulando activos financieros a nivel estratosféricos los Fondos Soberanos de Inversión Su comportamiento y efectos merecerá amplios estudios y, a la fecha, los mejores ejemplos como lo hecho por Noruega, China y Qatar están siendo imitados.
“Un Fondo Soberano de Inversión es un vehículo de inversión perteneciente al gobierno establecido para canalizar los excesos de la balanza de pagos, las operaciones oficiales en moneda extranjera, los ingresos de las privatizaciones, los pagos de transferencias gubernamentales, los excesos fiscales y/o los ingresos de las exportaciones de recursos, a las inversiones mundiales en nombre de los soberanos y en el avance de los objetivos.
Los fondos soberanos invierten tanto en activos reales como financieros que van desde acciones, bonos, bienes inmuebles, metales preciosos e infraestructura dura, hasta inversiones alternativas tales como capital privado, fondos de cobertura y fondos de riesgo. Aunque los FSI son principalmente mundiales en su perspectiva, también invierten a nivel nacional, especialmente en lo que se refiere al desarrollo estratégico de fondos soberanos de inversión. A partir de 2017, se estima que los FSI se combinen para contener más de 7.4 billones de dólares en Activos Bajo Gestión, lo que representa aproximadamente el 6% de los activos globales bajo gestión institucional.”[1]
¿Cómo se llegó a esa fabulosa cantidad de los FSI? Por crecimiento de las aportaciones y los beneficios obtenidos. “Desde el establecimiento de la clase de activo a principios de la década del 2000, el total de Activos Bajo Gestión controlados por FSI ha crecido a un ritmo [tasa de crecimiento anual compuesto del 20%],[2] de 650 billones de dólares en 2002 a 7.4 billones (a partir de 2017). Este crecimiento se debió a una combinación de los rendimientos de las inversiones, pero más aún a partir de los excedentes de la balanza de pagos y las ganancias de las exportaciones de productos básicos que se incrementaron durante el superciclo de las materias primas y los años de auge de China.”

Origen y clasificación de los Fondos Soberanos

“El primer FSI se originó en 1953 como una salida de inversión constructiva para países con excesos presupuestarios y excedentes de ingresos de exportación. El primero de su tipo fue la Autoridad de Inversiones de Kuwait (KIA), establecida tanto para invertir los ingresos excesivos de petróleo crudo de Kuwait como para diversificar a la nación de su única dependencia de recursos. Dos años más tarde, la República de Kiribati, un estado soberano en el Océano Pacífico central, creó el segunda FSI—el Fondo de Reserva de Ecualización de Ingresos—para mantener y aumentar sus reservas de divisas.
Muy poca nueva actividad se llevó a cabo hasta 1976, 1981 y 1990, respectivamente, cuando se establecieron la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi, la Corporación de Inversión del Gobierno de Singapur y el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega. Desde entonces, el tamaño y el número se ha disparado a más de 120 fondos soberanos de inversión hoy en día, pero con una gran concentración de activos. Específicamente, los 10 mejores FSI controlan el 80% del total de los activos bajo gestión de FSI a nivel mundial, y los 20 principales FSI controlan el 90%, con China y Singapur controlando cinco de los diez grupos de inversión soberana más grandes.”[3]
Hay 5 clases de FSI por sus objetivos: “A su vez, cinco amplias clases de FSI existen para actualizar estas agendas: (1) fondos de estabilización (prioridad de estabilización), (2) fondos de ahorro y generaciones futuras (prioridad de maximización de capital), (3) reserva de pensiones y otros fondos de pasivos futuros (prioridad de maximización de capital), (4) reserva fondos de inversión (prioridad de maximización de capital), y (5) fondos soberanos de inversión de desarrollo estratégico (prioridad de desarrollo estratégico).”[4]

¿Cuáles son los más importantes?

“Según el Sovereign Wealth Funds 2018 y su ranking anual, el de Noruega es el fondo que más capital gestiona, seguido de China Investment Corporation, con un patrimonio de  940.000 millones de dólares y Abu Dhabi Investment Authority (828.000 millones). Y es que estos fondos soberanos crean tendencia: actualmente, 61 países ya cuentan con su propio fondo soberano, 31 de éstos desde 2010.”[5]

Mayor apetito de riesgo

Aunque los FSI varían según su objetivo, desde hace décadas hay una modificación en su comportamiento. “La gran tendencia a este respecto, ha sido una fuga de los refugios seguros tradicionales de renta fija (por ejemplo, los bonos del gobierno) hacia acciones de mayor rentabilidad y alternativas líquidas de mayor riesgo. Aunque esta tendencia comenzó en 2002, la crisis de 2007 desencadenó una aceleración en el cambio hacia activos alternativos, con una migración importante de asignaciones a los mercados privados. E incluso, a pesar de la ligera reducción de riesgos entre 2012 y 2014, dos tercios de los activos permanecen invertidos en activos de mayor riesgo y las acciones públicas continúan siendo la clase de activos más grande.”[6]

Comportamiento durante las crisis

La única gran prueba para los FSI fue la crisis de 2007-8 por las llamadas hipotecas chatarra (subprime) y salieron airosos. “A pesar de los temores, las preocupaciones y las sospechas habituales que rutinariamente se transmiten de un soberano al siguiente, los fondos soberanos han seguido demostrando su valor y ubicación a nivel mundial, desde su rescate de los bancos más prominentes del oeste—Citi, Merrill Lynch, UBS y Morgan Stanley—durante la crisis de las hipotecas de 2008, a sus inversiones más recientes en tecnología y renovables.”[7]

¿Qué distingue al Fondo Soberano de Noruega?

Además de un nombre difícil como Folketrygdfondet, por haberse originado como un fondo de Pensiones, pero alimentado por recursos petroleros. “El Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega, gestionado por el Norges Bank Investment Management (NBIM), nace en la década de los noventa con el fin de invertir los beneficios conseguidos por la extracción y venta de petróleo en este país escandinavo.
Su finalidad última fue garantizar las pensiones futuras de los partícipes, una especie de ahorro a largo plazo con el que el gobierno pudiese hacer frente al envejecimiento de su población.
Actualmente el Fondo Soberano de Noruega es el fondo de inversión más grande del mundo (con un billón de dólares en patrimonio) consiguiendo, en el primer trimestre del 2019, una rentabilidad del 9,1% y un retorno de 738.000 millones de coronas noruegas (el equivalente a 75.454 millones de euros).”[8]
“Hoy en día, el Fondo Soberano Noruego está invirtiendo en más de 9.200 empresas de todo el mundo, entre ellas apuesta por las tecnológicas, con acciones en Apple, Microsoft y Amazon. También tiene en cartera empresas como Nestlé o Shell. Dentro de su porcentaje invertido en renta variable, actualmente el 41,4% proviene de acciones de empresas norteamericanas, el 33,3% de Europa y el 22,3% de acciones en Asia y Oceanía, con una rentabilidad del 14,6%, 11,1% y 10,3% respectivamente. Por países, Estados Unidos, Japón, Reino Unido o Alemania cuentan con un mayor porcentaje de inversión…”
“Actualmente el fondo tiene una cartera compuesta en un 69,2% por renta variable y un 28% en renta fija: según su web oficial, por mandato gubernamental tienen como punto de referencia una inversión 60-40 (60 en acciones y 40 en renta fija).”

El optimismo que irradia el Fondo Soberano de Noruega

El gran optimismo para el ciudadano noruego, está en visualizar que su Fondo de Pensiones, que así se definió por principio, el FSI más grande del mundo, le respalda con un gran capital, pues ahora es el equivalente a unos 170.000 euros por cada habitante del país. En ese aspecto Noruega se levanta con la medalla como el mejor país del mundo.

Pero también este FSI irradia un sentido positivo en otros ámbitos, pues “El Fondo Soberano Noruego tiene en cuenta en sus inversiones las variables no financieras, como son las medioambientales, sociales y del gobierno corporativo. Es por ello por lo que se considera que su filosofía de inversión es una Inversión Socialmente Responsable (ISR).”
En este aspecto del FS de Noruega genera un especial optimismo pues su relación con las grandes empresas en que invierte es una influencia positiva. El mandato de los funcionarios del FS de Noruega cuando invierten promueven el buen gobierno corporativo, políticas ambientalistas, a favor de los equidad de género, contraria a la discriminación, opuestos a la explotación laboral y los privilegios de directivos, y también para combatir la corrupción. Estas buenas prácticas del FS de Noruega están comprobadas en diferentes iniciativas antes las mayores corporaciones, como son propuestas sensatas hacia Face-Book y Alphabet (Google) en materia de transparencia, cuidado ante la discriminación o hasta las fake-news.

Detalles de la cartera de FS Noruega

Según noticias de febrero de 2019 las principales inversiones del FS de Noruega a nivel mundial son “Su mayor posición se centra en Microsoft (con una inversión de unos 6.620 millones de euros), seguido de cerca por Apple (unos 6.400 millones), Alphabet (unos 5.900 millones), Amazon (unos 5.600 millones), Nestlé (unos 5.500 millones) y Royal Dutch Shell (unos 5.250 millones).”[9]
En España “invierte en empresas como Banco Santander, Iberdrola, Inditex, Prisa o BBVA. En 2018 también empezó a invertir en las promotoras Metrovacesa, Aedas y Neinor”.
En mayo 2019, el FS de Noruega anunció que dejaría de invertir en empresas de petróleo y gas. “Las compañías de petróleo y gas representaron el 5,9% de las inversiones del fondo a finales de 2018, por un valor cercano a 37.000 millones de dólares.” Al retirarse hubo reportes de bajas bursátiles en el sector.
Castigo por ecocidas y violación a derechos humanos. “Diversas compañías de Taiwan, Corea del Sur, Tailandia y Polonia han sido eliminadas de la cartera de inversión… por graves riesgos al medio ambiente, y estar involucradas en sistemáticas violaciones de los derechos humanos, según informa el Banco Noruego. Las empresas … son las siguientes:     Evergreen Marine Corp (Taiwan) Ltd     Korea Line Corp     Precious Shipping PCL     Thoresen Thai Agencies PCL     Atal SA     AECOM     BAE Systems     Fluor Corp     Huntington Ingalls Industries Inc     Honeywell International Inc  y    Pan Ocean Co. Ltd… También se encuentra la española Endesa.”[10]
El año 2017 fue de sueño para el FSI de Noruega, pero el 2018 contó pérdidas y se prevé que reajustarán sus estrategias: ha pasado de cerrar 2017 como uno de sus mejores años (con una rentabilidad anual del +13,7%) a cerrar con el peor ejercicio de su historia, al perder un 6,1% en 2018.

Tendencias inversionistas recientes de los FSI

Algunas de las principales tendencias a la inversión de los grandes FSI de años recientes son las siguientes:
“El primero de los destinos fue el inmobiliario. El fondo noruego, por ejemplo, hizo su primera inversión no europea en 2013. Un año más tarde, ya era el segundo inversor extranjero en el mercado inmobiliario de Estados Unidos. Pero no son solo noruegos. China Investment Corporation o Qatar Investment Authority han comprado en Manhattan edificios por valor de 10.000 millones en dos años. Edificios emblemáticos son propiedad de fondos soberanos: la torre Shard en Londres (es catarí) o el mítico edificio Chrysler de Nueva York (Abu Dabi)…
El segundo sector de interés es el de las infraestructuras. Como ocurre con el inmobiliario, las rentas generan un flujo de caja estable y ligado a la inflación. Esta cobertura, y la duración de los contratos, encajan muy bien en la estrategia de inversión de estos fondos, que se mueven en horizontes de largo plazo. En España vimos la reentrada de fondos kuwaitíes después de décadas. Dejaron las torres KIO y en 2014 volvieron para comprar los activos de E.On…
El tercer sector es el tecnológico. Cualquier unicornio que se precie ha recibido inversión soberana. Liderados por Temasek y GIC (ambos de Singapur y líderes globales de inversión en start-ups), otros fondos están entrando en la batalla por descubrir al próximo Google o Amazon. La creación del Vision Fund (el mayor fondo de inversión en tecnología e innovación del mundo, valorado en 100.000 millones de dólares) no es ajena: detrás está el fondo soberano de Arabia Saudí.”[11]

Perspectivas futuristas

“Mirando hacia el futuro, los fondos soberanos de inversión continúan atentos por cuatro mega-tendencias mundiales. La primera… es de naturaleza “demográfica” y “social”. Específicamente para el año 2030 se predice que 300 millones de los 1.200 millones previstos en aumento de la población, procederán de personas de 60 años o más. Esta realidad plantea… jubilaciones y seguridad social para los países desarrollados y en desarrollo.
La segunda mega tendencia es la urbanización. En la actualidad, cada semana se agregan 1,5 millones de personas a la población urbana mundial, que ya ejercen una enorme presión sobre la infraestructura existente... Para 2030 se estima que 5 billones de personas vivirán en áreas urbanas, en comparación con los 3.6 billones actuales. … doce FSI se habían creado explícitamente en África para… infraestructura dura y blanda, y se espera establecer otras cinco para 2020...
La tercera mega-tendencia… Para 2040, siete de las 12 economías más grandes del mundo serán las actuales naciones de mercados emergentes… el E7, incluyen: China, India, Brasil, México, Rusia, Indonesia y Turquía.
La mega-tendencia final es sobre el cambio climático y la escasez de recursos próximos. De acuerdo con la teoría del pico del petróleo, que, según se admitió, propuesta por primera vez en 1950 y hasta ahora se ha mostrado infundada, la Tierra tiene aproximadamente cincuenta años de suministro en reservas probadas...”[12]

¿Cómo te puedes beneficiar con esto?

El beneficio más obvio es el seguimiento financiero de su comportamiento; la observación de los FSI permite seguir la pauta y operar mejor con el mercado. Cualquier cambio de pauta de los grandes jugadores FSI altera las posiciones y valuaciones de carteras; sus apuestas de largo plazo estabilizan el valor de las carteras, en cambio su desdén o castigo devalúa a las empresas.

Afinidad con seguros de inversión

Los mejores fondos de inversión tipo Optimaxx Plus de Allianz mantienen en la mira el comportamiento positivo de los grandes FSI y su efecto en el mercado financiero. Algunas opciones de portafolios de inversión, montadas sobre ETF’s incluyen la reproducción del efecto de los FSI sobre el mercado mundial. Para el inversionista privado la operación de los FSI está vedada, en cambio el acceso al espacio de inversiones por vía de los seguros queda como un gran campo abierto. 


NOTAS

[2] http://www.ifswf.org/sites/default/files/Publications/ How%20do%20Sovereign%20Wealth%20Funds%20Invest_0.pdf